Will Smith confirma su boicot a los Oscar 2016
La cuestión racial sigue presente en la agenda estadounidense hasta el punto de que cada acto se analiza con lupa desde la perspectiva étnica. Y pasa lo que pasa. Por ejemplo, que el sector más militante de la comunidad afroamericana en Hollywood tome como una afrenta que no se haya nominado a Will Smith al Oscar.
El propio Will Smith, tras varios días en silencio, ha confirmado que no acudirá a la gala de los Oscar.
Dice el actor que no se siente cómodo ante la "falta de diversidad" en las nominaciones y añade: "Si no somos parte de la solución, somos parte del problema".
Will Smith no irá a los Oscar 2016 ni tampoco su mujer, Jada Pinkett.
Porque la primera en denunciar lo que consideró una discriminación racial fue (por supuesto) la esposa de Will Smith.
Jada Pinkett ve bastante sospechoso que los negros sólo sean bienvenidos para entregar estatuillas y no para recibirlas.
Y, además, soltó al saber que su marido no estaba nominado: "Tal vez sea el momento de que nos retiremos y nos centremos en nuestras propias comunidades y tengamos programas propios que nos reconozcan y que sean tan buenos como los del autodenominado mainstream. No podemos seguir más tiempo rogando amor, respeto y reconocimiento".
Recogió esta diatriba el portal TMZ y la comparó con un mitín de los violentos panteras negras de los años 60.
El ambiente se está caldeando y las críticas de la comunidad negra aumentan ante la escasez (otra edición más) de nominaciones a afroamericanos.
Una ceremonia con ausencias (¿muchas?)
El fantasma del boicot comienza a pesar sobre la ceremonia de los Oscar.
Por lo pronto, habrá ya varias ausencias anunciadas: la del matrimonio Smith y la de un director de cine que representa la militancia afroamericana en Hollywood.
Spike Lee ha anunciado que él y su esposa se quedarán en casa la noche de los Oscar.
El director de Haz lo que debas cree absolutamente inaceptable que no haya un solo negro nominado al Oscar a la mejor interpretación.
Y eso que la Academia está presididia por una afroamericana (Cherly Boone Isaacs) y un afroamericano, Chris Rock, presentará la gala.
Pero eso no es suficiente para Spike Lee ni para Jada Pinkett.
Porque lo cierto es que la crítica ha tratado muy bien el trabajo de Will Smith en La verdad duele (Concussion), que trata la historia real de un médico deportivo que descubrió la relación entre las lesiones en el fútbol americano y ciertos daños neuronales que, pasados los años, se traducen en trastornos psiquiátricos y suicidios.
La historia de un hombre contra el sistema que, sin embargo, no ha cautivado a los académicos.
Cosa que ha indignado, de momento, a Will Smith, Jade Pinkett y a Spike Lee (en contra del criterio de la tía Vivian de El príncipe de Bel Air, que ha puesto a caldo al matrimonio en un virulento vídeo -que puedes ver aquí-).
Aunque no se trata sólo de Will Smith: ni un solo actor o actriz afroamericana está nominado al Oscar en las categorías principales de interpretación (y han hecho grandes trabajos en este curso Samuel L. Jackson, Idris Elba y algún otro.
Súmese a esto, por cierto, la idea sugerida por algunos analistas de que a Quentin Tarantino le han dejado marginado de las nominaciones a los Oscar por meterse con la policía estadounidense y apoyar la batalla de las familias negras víctimas de brutalidad policial.
Tarantino llamó asesinos a los polis y los poderosos sindicatos de policía pidieron el boicot a su peli.
Y he aquí, de nuevo, la cuestión racial. Porque Tarantino es un defensor de la comunidad afroamericana y, por ejemplo, hace poco declaró: "Un negro sólo está a salvo entre blancos si éstos van desarmados".
Tal vez la polémica se enfríe de aquí a que llegue el día de la gala.
De momento, a las críticas se han sumado actores como Lupita Nyong'o (galardonada ella misma con una estatuilla por 12 años de esclavitud) e Idris Elba.
Todo iba bien y parecía que iba a ser la gran noche de Leonardo DiCaprio (por fin) y, en general, una gran noche para el cine porque este año la cosecha ha sido magnífica en Hollywood.
Pero la maldita cuestión racial es algo que siempre está presente en Estados Unidos.
Veremos qué sucede.
Fotos: Gres