Es la noticia de la semana: Meghan Markle y el príncipe Harry de Inglaterra va a ser padres. En el momento del anuncio, el matrimonio estaba viajando a Australia como parte de su primera gira internacional como duques de Sussex, que también les llevará por Nueva Zelanda, Fiji y Toga.

Ahora ya están allí; y han comenzado el tour visitando diferentes puntos clave de la ciudad de Sidney. 

Para la ocasión, Meghan Markle escogió un vestido blanco de la diseñadora australiana Karen Gee en un perfecto gesto de apoyo a la moda del país en que se encuentra. El diseño, de largo midi y corte recto, no escondía su incipiente tripita. Y es que, una vez dado a conocer el embarazo, ya no hay motivo para disimular su existencia con prendas holgadas y oscuras.

Combinó el white little dress con un trench clásico. ¿El detalle de estilo (y mentalidad) ganador? Que, en un primer instante, la Duquesa llevó unos zapatos de tacón alto de color beis de Stuart Weitzman. Pero que, luego, no dudó en cambiarse y en ponserse unas simples bailarinas negras para ir más cómoda y continuar con el planning del día en zapato plano.

Unos discretos pendientes en forma de mariposa, a juego con un brazalete, completaban su look. Como ya es habitual en sus apariciones públicas, la Duquesa apostó por un maquillaje natural a base de iluminador, blush color tierra, delineador negro y un toque de máscara de pestañas.

El vestido, el modelo Blessed de Karen Gee, cuesta alrededor de 1.100 euros. Resulta significativo que, a las pocas horas de lucirlo Meghan Markle ante la prensa, la web de la firma colapsase.

Fotos: Gtres