La reina del maquillaje se reafirma en su ideario. Y lo hace a través de un color, el rosa, y de un técnica, el contouring. Lo primero es inesperado. Lo segundo, un clásico.

Así, el último look de Kim Kardashian destila inspiración (pastel) gracias a una sombra de ojos en un tono chicle con pigmentos irisados.

Para lograrlo, la empresaria aplica el producto (que se identifica con una de las tendencias beauty más fuertes de la temporada) tanto en el párpado superior como en el inferior, siguiendo la línea de las pestañas y como si de un marco para su mirada se tratase. La máscara de pestañas negras completa el juego. A modo de lienzo sobre el que se dibuja todo lo demás, un rostro bien contorneado, luminoso en el centro y marcado en los extremos, le da sentido.

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¿El resultado? Una imagen romántica pero cero cursi; perfecta para ir a una fiesta de noche.

El iluminador también desempeña un papel fundamental en este maquillaje de Kim Kardashian. En este caso, sirve para realzar el dibujo del pómulo y darle luz a la piel en zonas como el lagrimal, el arco de la ceja o el puente de la nariz.

Las cejas marcadas enfatizan el rosa de la mirada y los labios naturales, en una tonalidad beis, lo equilibran.

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Para no restarle ni un ápice de protagonismo al make up, la socialité recoge su cabello en una cola de caballo alta y tirante.

En cuanto al estilismo, es un vestido blanco largo de satén el elegido, muy en la línea estética actual de Kim. Con escote corazón y silueta entallada, lo accesoriza con unas sandalias de plástico transparente.

Fotos: Gtres